El gran nivelador, Walter Scheidel.

"¡Con qué asiduidad encuentra Dios curas que nos son peores que nuestros peligros!"

Séneca, Medea

En el gran nivelador, Walter Scheidel nos acompaña a través de un viaje por los sucesos más desastrosos y violentos de la historia para hallar un factor común en todas ellas: su gran efecto igualador. 

Publicado en 2017 y dividido en 16 capítulos, estudia la evolución de la desigualdad desde las sociedades más primitivas hasta el día de hoy, y nos explica cómo es reducida, no sin antes hallar el origen de la desigualdad, que, según el autor, reside en la transición de la especie humana desde un estilo de vida nómada, con grupos pequeños y (casi) sin desigualdad hacia un estilo sedentario adoptado tras la mejora del medioambiente después de la primera glaciación, en el holoceno. 
 
La violencia ha sido la manera más importante de igualar la balanza de la riqueza: Cada vez que se observa una notable reducción, ésta va acompañada por guerra, revolución, colapso de los estados o epidemias; lo que Scheidel llama "los cuatro jinetes de la violencia", y a pesar de traer caos y destrucción, traen consigo una redistribución de la riqueza que permite a las sociedades llegar a niveles de igualdad difícilmente accesibles mediante medidas pacíficas. 
 
El primer jinete es la Guerra. Scheidel trata con distintos tipos de guerra, pero termina llegando a la conclusión que la más efectiva en cuanto a efecto igualador serían las mundiales.  En ambas guerras mundiales encontramos subidas de impuestos para financiar el conflicto, destrucción de infraestructuras sin indemnización, una subida de la inflación... así, la guerra va "empobreciendo" a los más ricos. Por otro lado, suele subir la demanda de mano de obra no cualificada, y las tasas de sindicalización suelen ser mayores tras este tipo de conflictos (lo que mejora las condiciones de los más pobres), "enriqueciendo" a los más pobres. Todos estos factores contribuyen en allanar la distribución de ingresos y riqueza. 

Pasamos al siguiente jinete, la revolución. En concreto trata las revoluciones comunistas: La unión Soviética, Camboya, Cuba, China... Países que estuvieron bajo el mandato comunista, y que acabaron con una redistribución de ingresos nunca antes vista. Y es que, a pesar de que el comunismo sometiese a los ciudadanos de estos países a unas condiciones deplorables, es un hecho que el alto número de muertos provocado por la violencia de estos regímenes y las expropiaciones tuvieron un increíble efecto igualador. 

El tercer jinete es el colapso de los estados. Ya sean estados fallidos o derrumbamientos de sistemas, el autor nos deja una cosa clara: La desestabilización del orden existente da lugar a igualdad económica. Poniendo ejemplos como la Dinastía Tang, el Imperio Romano de occidente o Somalia, explica como la destrucción del estado y de la élite tienen un efecto igualador importante. 

Finalmente, el último jinete, las epidemias, trae consigo un alto número de muertes que hacen que haya una subida en la oferta de trabajos con un mantenimiento de la oferta de capital, lo que hace que suba el salario de los trabajadores. Además, al no afectar a las infraestructuras, la tierra es más abundante que la mano de obra, por lo que los alquileres y tipos de interés de la tierra caen, perjudicando a los terratenientes, acabando, una vez más, en la reducción de la desigualdad. 

A pesar de su efectividad, la vuelta de los 4 jinetes es improbable e indeseable. El autor concluye la obra estudiando alternativas pacíficas a los cuatro jinetes, pero sin resultado alguno: el desarrollo económico, la educación o reformas acaban no siendo lo suficiente efectivas, o incluso terminan beneficiando a los más ricos, contribuyendo a la desigualdad de ingresos. Por el momento, no existe ninguna medida igual de efectiva que las guerras, la revolución, el colapso de los estados o las epidemias, sin embargo, acaba el libro con un tono esperanzador, hablando de un futuro incierto sobre el cuál tenemos cierto control, y dónde tendremos que elegir entre encontrar nuevas alternativas o convivir con la desigualdad que, tal vez, podrá desembocar en la vuelta de alguno de los jinetes.